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martes, julio 04, 2006

No hay peor ciego... que el que no quiere ver!

Hace aproximadamente tres años, en una de esas desveladas características en mi, pude ver un programa excepcional -creo que en Discovery- en el que tres científicos -dos de ellos premios Nobel- daban a conocer el abuso a que el hombre sostenía al planeta, y las muy seguras -no posibles, sino seguras- consecuencias de ello.

Tras hacer una larga descripción de la industrialización y sus efectos, la contaminación de agua y medio ambiente, de la indolencia internacional, dejando correr lágrimas de desesperación mostraron indiscutiblemente lo que podríamos calificar como el fin del mundo.

No dijeron, en momento alguno, "el fin de la humanidad", no, señalaron con miedo y desesperación un cambio brusco -de apenas un cuarto de grado- que obligaría a moverse al planeta y, con ello, terremotos, tsunamis, marejadas, erupciones volcánicas y demás gracias que se sucederían.

El programa, según ellos mismos, les había llevado cuatro años hacerlo... y seis más lograr que alguien se atreviera a transmitirlo. Ese canal -repito que creo era Discovery- aceptó por fin hacerlo pero a las tres y media de la madrugada, y por una única vez. Magro aviso a la de por sí indolente humanidad.

No ha sabido de comentarios, reseñas o críticas sobre el programa y su contenido a lo largo de estos tres años. Quizá porque fueron tan claros que el miedo se apodera de quien le vio, y no se atreve a decir nada. Total, el fin del mundo no es cualquier cosa. Pero... realmente estaremos tan ciegos? Y no nos atengamos a lo que ellos dijeron y que quizá nadie vio, no, basta con ver correr por los cauces de los antiguamente transparentes ríos ese atole cafecino lodoso, o contemplar como en ciertas zonas las aves caen muertas como moscas.

No cabe duda... no hay peor ciego que el que no quiere ver!