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martes, diciembre 12, 2006

DE LAS TIENDAS EN LA RED

Internet se ha convertido en la nueva maravilla del mundo. Sus integrantes van desde el chamaco que le usa para oír música o bajar juegos, hasta el empresario que pretende encontrar nuevos mercados para sus productos. En materia de cultura, ni se diga. Si bien es cierto que existen los descarriados que creen que cultura es decir palabras altisonantes o groseras, también lo es que la inmensa mayoría toma las cosas muy en serio, como en la poesía, por ejemplo.

En Internet no hay tamaños ni medidas –como ya lo dije alguna vez- y lo mismo tiene su web el industrial multimillonario que el humilde tlapalero de barriada. Es escritor que alcanza fama el que gusta a sus lectores, y no el que –tras millonaria derrama publicitaria- zurra best-sellers uno tras otro. El juicio del que navega, del que lee, del que compra, del que busca, es internacional sin mucho alboroto. Es real, franco, sin ambages.

Internet tiene lo suyo, si a pornografía, pederastia y otras lindezas degradantes nos referimos, pero ese tema lo dejamos para otro comentario que, al final de cuentas, como en toda sociedad, también hay lo negro y negativo.

Un tema por demás interesante es el mercado que se maneja en la Red. Ahí sí existía diferencia. Un comerciante, empresario o industrial –que podía pagar sin reparos- tenía la posibilidad de lanzar sus productos por medio de las tiendas virtuales, lo que no pequeños empresarios u organismos sin afán de lucro. Pero... ahí es donde viene otra maravilla de la maravilla.

Hoy, lo que nos interesa comentar es la labor de algunos emprendedores, verdaderos pioneros que no se conforman con encontrar nuevas utilidades para esta fabulosa carretera de la información, sino que las comparten con los demás, dándole mayor grandeza a la Red.

Hoy quiero hablar, en ese sentido, sobre uno de ellos: Erik Olsson, sueco amante de lo latino que desde su hermoso país lanzó un proyecto por demás osado: RedTienda.Net

RedTienda.Net y Erik Olsson se convirtieron en la panacea del comercio para quienes no pueden pagar por ello. Eric no tuvo empacho y dio a todo el que quisiera la oportunidad de contar con un medio de penetración comercial... y totalmente gratis!

Pequeños comerciantes y empresarios fueron los primeros en aliarse al proyecto de Eric. Les siguieron algunas organizaciones no lucrativas, como nuestra Academia Mexicana de Literatura Moderna que ya promociona las obras auspiciadas por ella y publicadas por Editorial Sagitario, su brazo editor. Todos, agradecen la labor de Eric Olsson.

Ese tipo de pioneros honran al mundo.